Mi lactancia empezó en el hospital de Torrejón el 10 de agosto de 2020, nada más nacer mi hijo después de un parto largo y al final un poco duro, me lo pusieron encima y estuvimos haciendo piel con piel no sé cuanto tiempo. Modifiqué posturas en ese rato y conseguí que se enganchara a hacer su primera toma. No hubo dolor, tenía muy clara la teoría y las matronas del hospital estaban formadas, sus preguntas me sonaban bien. Oliver se enganchó perfecto y los días que estuvimos en el hospital no tuve ningún problema.
Di al luz un lunes, el jueves por la noche de esa semana me subió la leche, fue bastante escandaloso, pechos llenos que chorreaban leche, puse a Oliver lo que pude porque al principio era muy dormilón y conseguí descongestionarlos sin mayor problema.
Tenía un reflejo de eyección fuerte y siempre que mamaba de un pecho, el otro sacaba leche.
Esa semana vi una perla de leche, no me dolió ni nada y la eliminé sin problema, es lo que tiene estar muy bien informada.
Los pezones me dolían pero de sensibilidad puesto que tengo la piel muy sensible y Oliver se pasaba toooodo el rato mamando, cada vez que se despertaba mamaba y encima se quedaba dormido con la teta en la boca, si le quitaba se despertaba enfadado.
También me pasó algo que con el tiempo he descubierto que se llama vaso espasmo, el bebé mamaba y cuando soltaba a los 5 minutos se me ponía el pezón blanco y me dolía un montón. Pero solo era un ratito. No le di importancia aunque era incómodo.
A Oliver le diagnosticaron una torticolis y estuve un tiempo probando otras posturas para intentar mejorar ese aspecto. Le trató una fisio especializada y lo ha superado sin problemas.
A los 3 meses empezó la crisis de lactancia, de repente ya no quería estar enganchado todo el tiempo, quería explorar el mundo, tenía que hacer malabares para que mamara, pero la superamos, lo malo es que se juntó con la progresión del sueño y fue duro.
Como os cuento no tuve grandes problemas pero si había cosas que no me cuadraban, Oliver se atragantaba mucho con el agua y también a veces con la teta, mamando del pecho izquierdo hacia chasquidos a veces (y se atragantaba sólo con ese) y me hizo sospechar de frenillo. Le llevé a valorar a una odontopediatra especializada y no supo decirme, no es un frenillo muy limitante en función así que decidimos no intervenir y darle tiempo.
A día de hoy a sus 15 meses seguimos bien, no ha tenido grandes problemas mi lactancia va bien aunque me ha quedado una especie de mastitis subaguda en el “pecho malo” que a veces me dan pinchazos pero nada grave ni que no pueda aguantar.
Como veis, perfecta, perfecta, mi lactancia no ha sido ni es, pero estoy contenta, seguimos sumando meses con ella y por ahora ni pensar en destete. Por las noches es mi salvación y hasta los dos años como mínimo seguiremos.
Espero que os guste mi relato. Gracias por leer.